¡Es hora del baño!

El momento del primer baño de tu bebé, sobretodo para los padres primerizos es un momento maravilloso e inolvidable. Pero también aparecen los nervios y los pone muy frágles frente a la pirmera vez.

Lo primero que te recomendará el pediatra es que mientras tenga el cordón umbilical lo aconsejable es no bañar ni mojar al bebé. Hasta que eso ocurra solo se le puede pasar una gasa embebida en alcohol y cuando ya se cae, sí lo puedes bañar todos los días.

Para esta nueva etapa, acá les dejamos unos consejos que harán que tu hijo se sienta un pez en el agua.

Usa una bañera para bebés y asegúrese de colocarla sobre una superficie plana.

 Llena la bañera o el lavabo del bebé con unas pocas pulgadas de agua tibia.

Debes llenar la bañera con suficiente agua tibia y llenarse con alrededor de 15 centímetros de agua. Si se excede esta medida, el bebé puede correr algún tipo de riesgo, ya que es muy pequeño y, además, no está familiarizado con el proceso.

Nunca lo ponga mientras el agua está corriendo. Para asegurarse de que el agua tenga la temperatura adecuada, use la parte interior de su muñeca o codo para medir la temperatura. Debe sentirse tibio, no caliente.

También pueddes Usar un termómetro para medir la temperatura, así te sertvirá más saber is el agua es la adecuada para tu bebé. Si se quiere ser más exactos, se puede utilizar un termómetro que debe marcar entre 32 y 34 C. La temperatura ambiente también es importante y debe ser de aproximadamente 25 C.

Convierte el baño en momentos de fiesta y alegría

A muchos bebés les encanta el primer contacto con el agua porque les recuerda al ambiente en el que se desarrollaron en el útero materno, pero otros se largan a llorar con desconsuelo ante una sensación que perciben extraña y nueva. Por eso, según los especialistas hay que hablarles y sonreírles todo el tiempo para lograr que la experiencia les resulte lo más placentera posible.

Comience con la cara del bebé y luego el resto del cuerpo.

Use un paño tibio y limpie suavemente alrededor de la cara de su bebé, especialmente alrededor de la boca, detrás de las orejas y debajo de la barbilla, donde la leche y la baba pueden esconderse en sus lindos pliegues. Enjuague la toallita y lave el resto de su cuerpo, metiéndose en sus pequeños pliegues y pliegues, debajo de sus brazos y entre los dedos de manos y pies.

Cuando se trata de sus partes íntimas, lave los genitales de las niñas de adelante hacia atrás y entre los pliegues de la piel. Para los niños, límpiese el pene.

Una vez que haya terminado, asegúrese de usar agua tibia.

El momento de lavarles la cabeza es algo que el bebé no suele disfrutar tanto. Será necesario mantenerlo en posición horizontal, apoyando su cabeza en el hueco de nuestro brazo. Después con mucha delicadeza y suavidad, enjabonarle la cabeza.

El baño debe ser de corta duración para que se vaya acostumbrando de a poco al agua.

Cuando termina, sacarlo de la bañera con mucho cuidado y envolverlo con una toalla. Lo mejor será colocarla sobre nuestro pecho y sujetarla con el mentón. Envolverlo y colocarlo sobre el cambiador. Secarlo con suavidad, sin frotar poniendo especial atención a los pliegues de su piel. 

Los talcos y colonias no son recomendables. Si lo bebés tienen una descamación de la piel, se puede usar vaselina líquida.

Lo ideal es que, ya que los recién nacidos se relajan con el agua, después de esto se los alimente y se vayan a dormir. El bebé dormirá feliz y nosotros habremos atesorado un recuerdo que durará para siempre.

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